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Presentacion de Violencia Economica - Estambul 2012

VIOLENCIA EN EL TRABAJO SEXUAL - Presentación AWID

Publicado: 2012-08-09

El trabajo sexual en el Perú no está contemplado como delito, pero si esta actividad  esta criminalizada y nos tratan  como delincuentes “Nadie está obligado a  hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que la ley no prohíbe” si nos basamos en este articulo, el trabajo sexual es legal,  sin embargo no existe  trabajadora sexual alguna que no haya sido juzgada por la sociedad, condenada por las autoridades a pasar horas en las comisarias, asediada por los operativos y marginada por el entorno social.

Nos vinculan con la delincuencia, la drogadicción, la trata de personas y el proxenetismo con la finalidad  de abolir nuestra actividad y exterminarnos, cual si fuéremos insectos de las calles de la ciudad. No hay que diferenciar con lupa el trabajo sexual de la explotación sexual, la trata, proxenetismo y otros; este discernimiento es tarea de las autoridades competentes del tema. El trabajo sexual fluye ante el libre albedrio del ser humano, bajo criterios de autonomía y convicción propia. En tanto no podríamos hablar de explotación sexual cuando una mujer eligió ser trabajadora  sexual  y busca dicho trabajo; ahora bien las condiciones en el cual se ejerce dicho labor, como son los horarios extremos, hacinamiento, retención del pago nos ponen en un verdadero escenario de explotación laboral; el aislamiento, la incomunicación, la retención de la persona en el trabajo, nos coloca en otro escenario como puede ser el secuestro o la trata de personas  según sea el caso. Es de suma importancia delimitar claramente las acciones que son licitas de las acciones que son contemplados como delitos.

Es terrible tener que correr o esconderse de los operativos policiales y detenciones arbitrarias que afecta nuestra vida social, nuestro trabajo y nuestra dignidad. No puede ser posible que un ser humano tenga que ser humillado y maltratado, solo porque eligió como trabajo una opción diferente a los esquemas preestablecidos  por las sociedades conservadoras. Son ya muchos los casos en los que se juzga y condena a las trabajadoras  sexuales. Vannesa nos comenta “Cuando trabajé en un nigth club  como dama de compañía, me decían borracha, te gusta la vida fácil; cuando trabajé en la calle brindando servicios sexuales, las autoridades y la sociedad me trataba como delincuente, ahora que alquilé mi departamento y trabajo sola me denunciaron como proxeneta. No termino de entender a esta sociedad, sin embargo las personas cuando vienen a mí en calidad  de clientes todos son muy buenos”.

Todas las familias buscamos la subsistencia, mediante trabajos que son remunerados de forma mensual, quincenal, semanal o diario; las trabajadoras sexuales somos un grupo que obtiene los recursos económicos de forma diaria, a menor trabajo será menor ingreso económico, no se puede trabajar cuando los operativos rondan tu puerta o cuando miembros del Zerenazgo se detienen en la entrada para impedir el ingreso de los clientes, ello sumado a las detenciones arbitrarias que no te permiten trabajar, atentan contra nuestro sagrado derecho al trabajo, que es la base fundamental para la sobrevivencia de todo ser humano.

No tenemos acceso a créditos; en consecuencia no se puede solicitar un préstamo bancario, tampoco sacar artefactos,  ni ingresar  a programas del estado para la adquisición de vivienda, limitando así, nuestro derecho a la propiedad y a la vivienda; asimismo no tenemos acceso a beneficios sociales; como son  las gratificaciones, utilidades, jubilación…etc. No tenemos acceso al seguro social de salud, muchas compañeras  adolecen de enfermedades que no tienen nada que ver con las infecciones de transmisión sexual, como son gastritis, reumatismo, cáncer…etc.

Las leyes y tratados internacionales que protegen los derechos fundamentales de todo ser humano en la práctica son solo letra muerta, los cuales necesitan un seguimiento sobre su cumplimiento. Hemos identificado a  nuestros agresores: ellos son algunos miembros de la policía nacional, zerenasgo  (las fuerzas municipales) y gran parte de la sociedad, evidenciando con el  rechazo y abolición de esta actividad. Por ello decimos que la violencia  hacia nosotras  es sistematizada y legitimada por la sociedad.

La indiferencia es otra forma de violencia, en medida que las autoridades son consientes de que existe problemas latentes como son la violencia extrema con  nuestra población, la extorción para dejarnos trabajar y sin embargo  se hace caso omiso a estos problemas. En tanto seguimos luchando  contra el sistema  de opresión que recae sobre nosotras las mujeres y sobre muchas compañeras que saben que no se defenderán.

DEMANDAMOS

QUE RECONOZCAN NUESTRA AUTONOMÍA Y PODER DE ELECCIÓN.

QUE LOS GOBIERNOS ESTABLESCAN POLITICAS DE ESTADO PARA  LA SENCIBILIZACION A TODA LA POBLACION.

QUE SEA EL ESTADO QUIEN NOS PROTEJA Y NO EL QUE NOS REPRIME.

QUE SE RECONOZCA EL TRABAJO SEXUAL COMO TRABAJO

EL DIA QUE LAS TRABAJADORAS  SEXUALES HAYAMOS CONQUISTADO NUESTROS DERECHOS SEXUALES, ESE DIA HABREMOS GANADO TODAS LAS MUJERES, POR QUE LA VIOLENCIA DENTRO DEL TRABAJO SEXUAL TAMBIEN ES UN PROBLEMA DE GENERO.

Presentación en AWID – Estambul 2012. Asociación de Trabajadoras Sexuales Mujeres del Sur – PERU


Escrito por

mujeresdelsur

El modelo de la sociedad, es una estructura construida por el hombre a lo largo del tiempo; en el cual nos vemos excluidas la mujeres que elegimos una actividad diferente en los esquemas preestablecidos; una actividad criminalizada, juzgada y desvalorada, que


Publicado en

El TRABAJO SEXUAL

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